Los 5 errores más comunes en Visualización Arquitectónica
Sin importar qué tan familiarizados estemos con las herramientas o cuántas veces hayamos repetido los mismos procesos para lograr los resultados deseados, aún existen vicios de trabajo que pueden ser cambiados para optimizar nuestro flujo de trabajo y mejorar los proyectos que buscamos crear. A continuación, presentamos los 5 errores más comunes (pero no fatales ni imposibles de cambiar) que cometemos al momento de realizar algún proyecto de Visualización Arquitectónica.
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Invertimos demasiado tiempo en elementos que no lo necesitan
El primer error es uno que puede aplicarse a prácticamente todas las áreas profesionales, pero en cuestiones de Visualización Arquitectónica, esto ocurre cuando el artista se ha dejado llevar por su trabajo. Cuando se desarrolla cualquier tipo de proyecto, siempre existirán elementos con más peso que otros; es nuestro trabajo aprender a diferenciar entre lo vital y lo prescindible. Un ejemplo: durante el desarrollo de la fachada de un edificio, un arquitecto no dedicará el mismo tiempo a hacer que los árboles alrededor de este se vean realistas, como al que le invertirá en asegurarse que la orientación de las ventanas reflejará la luz tal y como el cliente lo ha requerido.
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Demasiadas cosas a mostrar
¿Cuál es el foco o las cosas quieres resaltar? Es entendible que dentro de cada imagen quieras demostrar tu habilidad para desarrollar una gran variedad de elementos distintos– esto es un arma de doble filo. Saturar la imagen con un sin fin de cosas puede ser contraproducente porque ninguna de ellas resalta, se pierde el encanto desde la visión general y los detalles más finos se pierden por falta de interés de tu audiencia. Mantén un balance saludable entre los elementos que quieras resaltar y aquellos que, aunque tengan una construcción digna de ser admirada, puedan mantenerse en un segundo plano por el bien de tu render.
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Perder la claridad sobre la atmósfera
Cada render cuenta una historia y esa historia (escena, en realidad) tiene que estar relativamente clara en tu mente antes de comenzar con el proyecto. ¿Qué es lo que quieres crear? ¿Qué sentimientos buscas que este entorno provoque en tu público? Estas preguntas son válidas y vitales al momento de llevar a cabo tu escenario digital. La falta de visión provoca que no haya cohesión entre lo que existe en el proyecto o, peor aún, que no haya un sentimiento de armonía entre el conjunto de imágenes que desarrollaste. Si tienes una visión clara y al momento de plasmarla te das cuenta que no está funcionando como pensabas… tranquilo, nunca hay que tener miedo a ser flexible y buscar inspiración en otros lugares; ese es el modo creativo de pensar que te ayudará a salir del peor de los problemas.
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Sobreutilizar la Postproducción
La Postproducción debe de ser un paso que solo está enfocado en afinar o enaltecer ciertos detalles que ya existen dentro del modelo 3D, es una etapa donde los toques finales hacen que el producto llegue a su potencial. Dicho esto, se comete el error de pensar que la Postproducción es el paso que va a arreglar todos los problemas o la falta de calidad de un modelo 3D, es como querer poner una máscara. Abusar de los efectos y elementos de tu programa de Post favorito puede resultar en que la imagen pierda su encanto y que los errores se hagan aún más notorios. Para evitar esto, procura regresar a tu modelo 3D y arreglar cualquier detalle desde el origen, solo así podrás sacarle el verdadero potencial a este paso.
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Olvidar al público de tu producto final
Si tu proyecto es para un cliente o vas a mostrarlo a un cierto grupo de personas con gustos particulares, debes de asegurarte que estás cumpliendo con esas expectativas. Claro, no queremos decir que dejes de lado tu voz y creatividad con el fin de solo crear cosas que le agraden a otras personas– pero, tomar el tiempo de unir tu visión con aquello que sabes tu audiencia quiere, podrá ahorrarte mucho tiempo y esfuerzo en un futuro.
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